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En la educación superior, es fundamental la formación inclusiva del profesorado.

24/ 07/ 2020

Lola Izuzquiza, Andrés Cabrera y Pablo Rodríguez desarrollan una investigación dentro del programa Promentor de la Universidad Autónoma de Madrid para valorar las sensaciones de los alumnos en esta formación.

Para Prodis es muy importante conocer cómo se sienten los alumnos en los diferentes proyectos que se llevan a cabo desde la fundación. Por ello, Lola Izuzquiza, Andrés Cabrera y Pablo Rodríguez, han desarrollado una investigación en la que han valorado diferentes parámetros para conocer los aspectos positivos y negativos que más destacan en el Programa Promentor, título propio de la Universidad Autónoma de Madrid.

En primer lugar, cabe destacar que es una investigación en la que han participado personas con discapacidad intelectual en ambas partes, es decir, han ayudado en la redacción de las preguntas del estudio y han participado como grupo focal. De esta manera, se garantiza el rigor y la eficacia en el proceso de investigación.

Al estudiar los resultados de los grupos focales, se percibe que una educación superior inclusiva provoca cambios significativos en las identidades sociales y personales de los estudiante. Esto es así, debido a que se considera que la educación superior les proporciona un entorno que permite el desarrollo de competencias vitales, como la madurez personal o las relaciones sociales. Si bien los estudiantes no consideran la autodeterminación como un principal beneficio, si que consideran las relaciones sociales con toda la comunidad académica: desde profesores a compañeros con y sin discapacidad intelectual.

En cuanto a las relaciones familiares, los participantes revelan que la experiencia universitaria, también les ayuda a mejorarlas, sobre todo con hermanos o hermanas que no tienen discapacidad intelectual.

Se descubre también que puede haber un fuerte vínculo entre la educación superior y la inclusión en el mercado laboral de los estudiantes con discapacidad intelectual. Por ello, es fundamental que este tipo de programas formativos estén unidos a programas de colocación laboral para permitir a los graduados continuar desarrollando las competencias adquiridas durante su formación universitaria.

Por último, para los estudiantes, es fundamental que los profesores adapten sus metodologías a la inclusión, ya que si no lo hacen, puede ser más dificultoso para ellos adquirir ciertos conocimientos. Además, al tener una mayor dificultad de acceso, las personas con discapacidad intelectual, tienden a unirse a programas universitarios específicos que incluyen apoyos adaptados a sus necesidades. Por ello, es tan importante, que los profesores adquieran una formación inclusiva y sean capaces de ayudar a los alumnos a adquirir las competencias de esa formación.

Muchas gracias a Lola Izuzquiza, a Andrés Cabrera y a Pablo Rodríguez por esta gran investigación que nos ayuda a mejorar el Programa Promentor al ponerle voz a los alumnos que participan y mostrarnos sus sensaciones respecto a la formación.

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